INTRODUCCIÓN
La
transmisión de la información genética (transcripción), posibilita la formación
de proteínas, cuyas funciones van a caracterizar la actividad y morfología de
las células; pero la regulación de los tipos y cantidades de proteínas
presentes en cada momento constituye un tema de tanta relevancia como el propio
hecho de la síntesis. Las células son estructuras muy organizadas cuyas
moléculas se ordenan de forma rigurosa.
En
un organismo no se necesitan todos
los productos génicos
de forma simultánea,
ni a los mismos niveles, con lo cual el sistema de
regulación va a servir para ajustar el uso del depósito de información de los
ácidos nucleícos a los requerimientos de cada célula o de cada organismo. A la
regulación de la síntesis de las macromoléculas se la denomina regulación de la
expresión genética o génica.
En
un organismo procariota, muy dependiente de las condiciones de su entorno, la
regulación debe permitirle responder rápidamente a las modificaciones
medioambientales con el objeto de garantizar su supervivencia. La utilización
de una parte u otra de su dotación genética le facilitará adaptarse
adecuadamente a su entorno. En una célula de Escherichia coli se
pueden medir niveles diferentes
de concentraciones proteicas; hay proteínas muy escasas, que se encuentran en
número de una decena; y hay proteínas muy abundantes, de las que pueden medirse
miles de copias. En una célula de mamífero pueden existir 1010 moléculas de proteínas
pertenecientes a unos 10.000 a 20.000 tipos diferentes. Esta enorme variación
entre el número y tipo de moléculas presentes es posible por los cambios
controlados en la producción y en la degradación de los productos génicos.
La
diferenciación celular que existe en los organismos pluricelulares, se
fundamenta en que aunque todas las células disponen del mismo ADN, se
distinguen unas de otras porque sintetizan distintos tipos de moléculas de ARN
y de proteínas. Si se compara un eritrocito y una neurona las diferencias son
tan amplias que resulta difícil pensar que ambas comparten la misma dotación
génica. Y si, además, se observa que la diferenciación es un proceso
irreversible, aún se hace más indispensable el proceso de regulación de la
expresión de diferentes genes.
Esta
regulación puede llevarse a cabo en cualquier etapa de la síntesis o de la
maduración de las macromoléculas, y atendiendo a muchas variables se
desarrollará en el punto más adecuado. La vía que conduce desde el ADN hasta
las proteínas está formada por múltiples etapas, y existen pruebas de que todas
ellas se pueden controlar. Uno de los puntos de regulación más importantes se
realiza a nivel de la transcripción, ya que al ser ésta la etapa inicial de
trasvase de información genética se consigue el control en el inicio, lo que
supone la mejor pauta de actuación, ya que se consigue el máximo ahorro
energético.
Existen
una serie de genes que se expresan constantemente, que se denominan genes
constitutivos, el producto de su expresión son moléculas necesarias de
forma continua en
todos los momentos de existencia
de la célula o del organismo. Por otro lado, existen otros genes, denominados
regulables, cuya expresión estará ajustada por las necesidades variables de la
célula, aumentando o disminuyendo la expresión génica según se necesite
aumentar o disminuir la concentración del producto génico.
CONTROL DE LA EXPRESIÓN GENÉTICA NIVEL
DE LA TRANSCRIPCIÓN
El
control de los genes regulables se realiza mediante proteínas que van a
desarrollar un control activador o inhibidor sobre el mecanismo de la
transcripción. Las células contienen un conjunto de proteínas que al unirse a
secuencias específicas del ADN activan o desactivan los genes. Cada una de
estas proteínas reguladoras de genes se encuentra en un número pequeño de
copias y reconoce una secuencia de ocho a quince nucleótidos de la cadena del
ADN. La unión puede facilitar (regulación positiva) o inhibir (regulación
negativa) la transcripción de un gen adyacente.
En
el caso de células procariotas, la mayoría de los ARNm son policistrónicos y
pueden llevar transcritos de 2 a 6 genes. Los genes regulables que codifican
proteínas de una ruta metabólica concreta no se encuentran dispersos en el
genoma, sino que están normalmente adyacentes, agrupados en unidades de
funcionamiento u operación denominadas operones, y su transcripción está bajo
el control de proteínas activadoras y represoras. La región del ADN donde se
unen estas proteínas recibe el nombre de operador y está muy próxima, si no
solapada, con la región del promotor.
El
ADN de Escherichia coli consta de un único cromosoma circular que contiene
información para unas 4000 proteínas distintas; sin embargo, en un momento dado
sólo se sintetizan algunas de ellas. Al ser un organismo procariota, regula la
expresión de muchos de sus genes en función de los niveles intracelulares de
metabolitos específicos, que varían según el medio ambiente que rodea a la
célula. Los estudios genéticos sobre la utilización de lactosa como fuente
alimenticia permitieron describir un modelo de regulación de expresión génica,
el operón lactosa (lac), que es uno de los ejemplos mejor caracterizados de
regulación a nivel de la transcripción.
OBJETIVOS
Integrará los conocimientos
anteriores con los mecanismos de regulación genética para entender a nivel molecular
los procesos metabólicos.
METODOLOGÍA
Los apuntes de esta unidad serán ordenados conforme
lo marca el temario, las investigaciones,
tareas y ensayos se anexaran de
acuerdo a la fecha de entrega, exigencias del profesor o si es posible acorde
al temario, la bibliografía la expondré al final de la unidad en orden
cronológico a los temas, al igual las conclusiones se incorporaran al final.
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