1.1.1 El descubrimiento del principio transformante
La
biología molecular estudia las bases moleculares que sustentan la vida.
En
1928, Frederick Griffith en el transcurso de sus experimentos con la bacteria Streptococcus pneumoniae, había hecho
una misteriosa observación. Esta bacteria humana causante de la neumonía humana.
Griffith
utilizó en sus experimentos dos cepas que se distingan por la apariencia de las
colonias crecidas en laboratorio y que difieren en su virulencia. Una de
las cepas la denomino S por su
apariencia lisa y de virulencia normal. Las células de la otra cepa (un tipo
mutante) no virulento con apariencia rugosa; esta es la denominada estirpe R.
a) Primeramente Griffith inyecto a
los ratones las dos cepas R y S,
con la cepa R el ratón no murió pero con la cepa S si murió.
b) Expuso al calor la cepa S
e inyecto nuevamente, pero esta vez no murió.
c)
Posteriormente inyecto ratones con una mezcla de células no virulentas vivas y células virulentas muertas, y murieron los
ratones.
d)
Extrajo sangre de los
ratones muertos y encontró bacterias de la cepa S.
Conclusión
Los experimentos de Griffith
demostraron que la transformación ocurría por la absorción por parte de células
vivas (estirpe R) de un “principio transformante” que se encontraba en las
células muertas (Estirpe S). De alguna
manera, los restos celulares de las células S hervidas habían convertido a las
células S vivas. Este proceso se denomina transformación.
Oswald Avery, C. MacLeod y
M. McCarty en 1944 utilizaron el mismo método básico que se utilizó Griffith para
determinar la composición del “principio
transformante. Separaron los distintos tipos de moléculas (lípidos, proteínas, carbohidratos,
ADN y ARN) que se encuentran en las células
S muertas y estudiaron su capacidad de transformación por separado. Demostraron,
en primer lugar, que los propios polisacáridos no trasformaban a las células. Descubrieron
que solo DNA, inducía la
transformación de las células.
Oswald Avery, C. MacLeod y
M. McCarty en 1944 utilizaron el mismo método básico que se utilizó Griffith para
determinar la composición del “principio
transformante. Separaron los distintos tipos de moléculas (lípidos, proteínas, carbohidratos,
ADN y ARN) que se encuentran en las células
S muertas y estudiaron su capacidad de transformación por separado. Demostraron,
en primer lugar, que los propios polisacáridos no trasformaban a las células. Descubrieron
que solo DNA, inducía la
transformación de las células.
Los
experimentos llevados a cabo por Avery eran definitivos,
pero muchos científicos se resistieron a aceptar como material genético al DNA
(y no a las proteínas). La prueba definitiva se obtuvo en 1952 por Alfred Hersey y Martha Chase, usando el fago (virus T2).
La mayor parte de la
estructura de un fago es proteína, estando el DNA en el interior de la envuelta
proteica o “cabeza”.
En las proteínas no se
encuentra fósforo, que si forma parte del DNA; inversamente, el azufre está
presente en las proteínas.
a)
Usaron cultivos de E. coli con muchas
partículas de virus por cada célula.
b)
Hersey y Chase marcaron el DNA del fago con un radioisótopo del fósforo (P32) y las proteínas con azufre (S35), en cultivos distintos
de fagos.
c)
Se dejo transcurir el tiempo para que se
produjera la infección.
d)
Separaron las células bacterianas las carcasas vacías de los fagos llamadas “fantasmas”
mediante agitación con una batidora de cocina.
e)
Centrifugación se separaron las células
bacterianas de los fantasmas de los fagos, midieron entonces la radioactividad
en las dos fracciones.
Cuando se infectaron E.
coli con los fagos con P32, la mayor parte de la
radioactividad se encontró dentro de la bacteria, indicando que el DNA viral
entraba en las células. Cuando se usaron los fagos marcados con S35, la mayor parte de la
radiactividad se encontraba en los fantasmas virales, indicando que la proteína
viral nunca entra en la célula bacteriana.
¡Ya no hay duda es
el ADN! el material
hereditario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario